Y DIOS SE PUSO ROSTRO.
Y DIOS SE PUSO ROSTRO.
“El que me ha visto a mi ha visto al Padre”. Esa fue la forma en que Jesús reveló que el Padre había decidido ponerse un rostro a sí mismo y un cuerpo visible a sus obras milagrosas.
Y cuando nos dijo “cómo el Padre me envió yo os envío”, nos reveló que nosotros de ahí en adelante seríamos su rostro y continuaríamos sus obras. Lo peor que nos puede pasar, es que nadie reconozca a Jesús en lo que decimos y hacemos.
Estos rostros con los gestos que los acompañan, ya resultan bien familiares en diferentes naciones, estados y ciudades. Son las misiones de evangelismo y manifestación del Army of The Lord, que en forma simultánea representan el rostro de Jesús en generosidad, amor, sanidad y aliento.
Alguno de ellos podría ser, el único Jesús que alguien vio hoy.
Rubén Arroyo…¡Y eso es lo mejor que a alguien le puede pasar!.
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