LOS 37 DEL 23...Y UNA SOLA CUEVA
LOS 37 DEL 23...Y UNA SOLA CUEVA
“Estos son los nombres de los valientes que tuvo David:...”
2 Samuel 23:8
Registrar sus nombres para la historia fue lo último que hizo y no lo menos importante entre todo lo que hizo.
Todo Pastor recibe una asignación que requiere y demanda una unción múltiple, un arcoíris de dones y un concierto de talentos. El mensaje es evidente. Lo que Dios tiene en mente demanda la presencia y protagonismo de otros llamados con un sólo llamado. Ser un solo cuerpo para lograrlo.
Y ESA ES LA GLORIA DE UNA IGLESIA
La unidad de la diversidad bajo una estructura de jerárquica autoridad que se encarga de mantener la unidad.
Encontrará ese diseño fluyendo como un río dentro de las epístolas del Nuevo Testamento. Es por eso que la frase “someteos unos a otros”, será sólo uno de los muchos “unos a otros” que predomina en el lenguaje apostólico del nuevo pacto.
No creo que hubiéramos alcanzado las esferas de influencia que se nos ha concedido en gracia, sino fuera por el extraordinario cuerpo de líderes y servidores donde el “unos a otros” ha derrotado el individualismo y la agenda del ego vestido con apariencia de piedad.
Es importante que en el corazón de cada creyente que desee operar junto y con la bendición asociada a una iglesia local, “mi ministerio” se convierta en “nuestro ministerio” por causa de la revelación del Cuerpo de Cristo.
Aunque operaba en múltiple unción y era un hombre conforme al corazón de Dios, David reconoció que sin los “de la cueva”, no hubiera logrado nada de lo que logró. Supo reconocer el rostro del Espíritu en el rostro de sus compañeros y su última honra fue para ellos.
Comentarios